miércoles, 7 de septiembre de 2011

Huelga de fotosíntesis

Que duro es madurar para aquella flor que al abrirse sólo puede descubrir que el Sol no siempre estará con ella. Que él sólo salía por rutina y no porque ella fuese especial.
Que duro es ver que todo el trabajo que puso para cambiar y ser mejor, más bella, sólo por él y para gustarle no sirvió para nada.
Que duro darse cuenta de que nadie estuvo ahí para advertirla de su ignorancia. ¿Por qué? ¿por qué nadie le avisó de su ceguera?.
Ahora llora sabia. 
Está en huelga de fotosíntesis.
No quiere vivir dependiendo del que no siente nada por ella, del que no sabe tan siquiera de su existencia, del que cree que es una más del ramo.
Se van cayendo sus pétalos, la belleza se desvanece y una noche la luna compadeciente le pregunta por su dolor.
 
"¿Sabes? No importa lo valientes que podamos creernos, todos tenemos unos límites. A veces reales, a veces imaginarios, a veces duros y a veces estúpidos pero están ahí siempre. Muchos como tú os contentáis a vivir dentro de ellos, subiendo y bajando del cielo cuando el Sol te lo ordena. A veces más tarde a veces más temprano, ¿verdad?. Pero yo... necesitaba romper esos límites, atreverme a conseguir lo que deseaba aunque lo que me esperaba fuese el fracaso y la derrota.
Esa es la vida, arriesgarse e intentar vencer."
 
 
 
 
Pero que gran mierda cuendo pierdes la partida...